Soberana se marchó hace unos días. Plácidamente, mientras dormía, inició su viaje hacia el otro lado del arco iris, dulce y silenciosa, como ella era. Nos ha dejado tristes, pero con la tranquilidad de haberle dado en sus últimos días paz, cuidados y una vida digna. Nuestra Sobe se ha marchado rodeada de amor y ahora su luz nos guía y nos ayuda en este agridulce camino. Hasta siempre preciosa.